miércoles, 3 de febrero de 2010

Nunca

Nunca he vivido demasiado rápido. Nunca he perdido, a veces, el tiempo. Nunca he viajado por más de veinte países diferentes. Nunca he soñado despierta. Nunca he perdido sangre hasta desmayarme. Nunca he llorado sola. Nunca he tenido un coma etílico. Nunca me he enamorado. Nunca he chocado contra una roca en altamar. Nunca he dicho tequieros o losientos. Nunca he tenido diez perros, quince patos, tres tortugas, dos cabras y varios pececitos con tendencias suicidas. Nunca me he perdido por un bosque. Nunca he cogido la ola perfecta. Nunca me he drogado. Nunca he visto un eclipse de luna. Nunca he estado en una isla. Nunca me he pegado con alguien hasta perder el sentido. Nunca he perdido la voz. Nunca me han arrestado. Nunca he olvidado un nombre, una cara, una par de palabras. Nunca he ganado una carrera. Nunca he estrellado mi cabeza contra el asfalto a 80 km/h. Nunca he grabado mi cuerpo con tinta. Nunca he perdido mi acento. Nunca he tenido un déjà-vu. Nunca me he arrepentido de una acción. Nunca me he manifestado contra nada. Nunc a me han confundido con otra persona. Nunca he tenido miedo. Nunca he estado en un desierto. Nunca he perdido a un amigo. Nunca he dejado pasar la oportunidad de mi vida. Nunca he tenido una furgoneta. Nunca he bailado sola. Nunca he saltado desde un edificio. Nunca he tenido dudas de quién soy, de adónde voy, de qué quiero, de qué será de mí dentro de…



domingo, 9 de noviembre de 2008

Wo willst du hin?


Odio… odio a las personas que se hacen de rogar, las coles de bruselas, el nesquik y la gente que lo consume, a las personas mayores que no saben ser felices y disfrutar de lo que les queda, el tráfico de la gran ciudad por la mañana o después de comer un domingo por la tarde, la marihuana triposa, a las personas que hablan muy alto, los estereotipos, el chantaje emocional, los partidos de fútbol por la radio, los tacones que hacen ruido, a los chinos capitalistas y a los yankees ignorantes, la falta de respeto, las conversaciones interrumpidas por el teléfono, los coches que se calan, las primeras impresiones, la gente que muerde los cubiertos cuando come o que no sabe cortar con ellos, las cucarachas, las motos, la soberbia, las aspiradoras, el gas butano, a las personas obsesionadas con su cuerpo, la inmadurez, que te juzguen por tu aspecto, la impuntualidad sin excusa, la coca-cola y las bebidas con burbujas, los perros de menos de cinco kilos o los que sufren de gigantismo, las pesadillas, a las personas que no te miran a los ojos, el McDonald’s y todas sus variantes, el petróleo, el racismo, cocinar, la luz artificial por la mañana, la ansiedad, mi orgullo, ser radical porque toca, las cuestas muy pindias, los edificios en la costa, a las personas que no saben crecer, los gatos, la oscuridad total, pensar en dinero, el insomnio, las olas que no rompen bien, peinarme, la televisión, no saber querer a la gente y no dejarse querer, tropezarme, a la gente que no te saluda por la calle aunque te conozca, los toros, sentirse solo sin quererlo, las medusas, el alcohol destilado, la violencia, el no porque no, que no se digan más tequieros, a los pijos de alma, lo cañí, la falta de libertad, las ratas, que me toquen el pelo, la pólvora, la complejidad de un abrazo, las discotecas, a las personas que no se atreven a decir las cosas a la cara, los acentos forzados, las uñas largas, los hombres que van muy ajustados, las consecuencias de las palabras, olvidar y que te olviden, el francés, que no llueva, los tatuajes sin significado, el calor extremo, el tabaco negro, un puzle incompleto, el agua con gas, el gotelé, los celos, la religión extrema, la falta de espontaneidad, los ojos demasiado claros, pensar en el futuro por obligación, la infidelidad cuando nos es compartida, el hígado, a las personas escrupulosas, no saber sonreír, la manzanilla y demás infusiones, la escasez de humor, los cigarrillos sin filtro, volar en avión, la usura, las voces muy agudas, vivir lejos de tu tierra, el vino caliente, el precio del alquiler, tener hambre y no poder comer, el metro en pleno verano, los anillos de oro, a la gente que pela las uvas, la calefacción muy alta, despedirte de los que quieres para siempre, los pantalones de tiro alto, no apreciar un viernes, la basura en la playa, arrepentirse, los libros con la letra muy pequeña, sudar sin querer, la envidia, las películas dobladas, la resaca mal llevada, perder el tiempo, la arena gruesa, la leche en polvo, dejar de respirar mientras duermes, los pantalones blancos, los edificios muy altos, un mar sin olas…

martes, 10 de junio de 2008

Sendoa



29 inviernos que envejecen a sus espaldas. Los pies se vuelves más duros, se han acostumbrado al asfalto y a la soledad. La ciudad pesa y la infancia muere. Es difícil desprenderse de la inocencia, de todos esos sueños, de los planes y del mar de agua gris, eso es, de sus ojos.

M. dice que no, que no está preparada para morir ni para pensar en ello. Y Kaos sonríe.

Respiramos, y te veo, y ahora me tocas. ¿Qué más quieres?

Le duele no acordarse de él todos los días, pero cuando lo hace recuerda que fue también él, el más fuerte, quien le enseñó que es parte de este camino.

Que este juego se trata de ser feliz, así que no vamos a dejar de luchar por ello.

martes, 27 de mayo de 2008

El viento siempre amaina












Y no deja de llover. Dale, dale vueltas. Se levanta de escarcha, pasa el día lloviznando y se acuesta con bruma.
Ni se moja.
Es aguacero en abril.
Kaos se ha levantado con una estrella de seis puntas en el pecho.
Menos mal que ya pasó la camanchaca.
Si la amurria le atrapa, ni la brisa lo salva.
Vuelve a dejar huellas en la orilla.
- Y eso es bueno, ¿no?
- Claro que sí, que ya escampa.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Waltzing Matilda


Porque fue una semana muy larga y tuvimos que haber matado a noviembre. Porque por mucho que lo piense no llega a entender cuándo fue el día que se dio cuenta, que lo iba a echar de menos. Porque no se puede prometer que lo vas a poder despedir dos veces.

Porque cómo una noche bien bonita puede acabar siendo triste. Ser el último recuerdo mirar hacia atrás y no ver ya nada. Creer haber escuchado su voz. Un abrazo entre tres, luego ya sólo un abrazo. Un susurro al oído que se queda grabado, y la voz se ahoga y ahora ya me doy la vuelta.

Porque es incapaz de recordar la última vez que lloró y ya fueron dos veces en una semana. Porque incluso ayer estaba más cerca de aquellos a los que no conocía.

Llega tarde, una cita doble, un bocadillo de koala, cerveza importada, okupación en Brasil, segunda casualidad con el tío Sam, Suecia compacta perdida por las calles de Barcelona sobre un skate, no hay taxis, vamos caminando, tócame...

Se levanta en sábado, que ni tan siquiera es domingo y un amigo le deja escuchar las canciones más tristes. Sólo vieron el comienzo del amanecer y prefirieron refugiarse bajo las sábanas antes que saliera del todo el día siguiente, bajar las persianas.

Porque aún no le ha dicho todo, porque quedan muchas conversaciones pendientes. Dice que ya la echa de menos, que sabe que se marcha demasiado pronto, pero que tiene que irse. Porque dijo gracias y eso es lo que más duele. Porque no entiende nada, porque está confundido. Porque sería precioso decir lo que se piensa pero nadie se atreve con ese juego. Si te quedaras a mi lado me enamoraría de ti, pero sólo si te quedaras. Y eso que aún no ha terminado la semana. Y te dejas llevar mientras Tom Waits te retumba en los oídos.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Grítame si me ves correr demasiado


Y así pasa los días. Y ya no hay espacio para pedir perdón cuando va demasiado rápido. Gracias a que aún quedan personas que a veces se atreven a saltar las normas, logran gritar un poco, así, alto, y hacerte ver que vas demasiado, así, por encima de lo normal, por encima de todos, sin darte cuenta de lo que pasa a tu más próximo alrededor.
Kaos ha dado un par de giros, y perdió el control. ¿Cuándo fue la última vez que lo hizo? Cuesta acordarse. ¿Cuándo fue la última vez que se puso nerviosa, que se olvidó de una fecha, de un momento? Últimamente demasiadas veces y ahí es cuando frena, piensa... algo está cambiando. Y aceptar cambios siempre es difícil. Y piensa.
Ya está.
Así que trata de coger las piezas rotas y volver a construir el puzzle. Y siempre es un gran reto, y siempre cuesta.
Y aún quedan tantas conversaciones pendientes y tantos errores que aclarar con tantas personas, y tantas imágenes, y gestos, y tantas ganas de pensar por qué y por qué no y quizá si no sé qué...
Y si no fuera por las palabras de M, por los gestos de H, por los ojos de J, por la voz de X... y si no fuera por el mar y por la brisa en otoño...
Es decir, y si no fuera porque Kaos no está sola...
Y si no fuera porque todas estas letras hacen pensar, y pisar tierra, y ahora mismo recordar que aquí no estamos solos, que la cabeza gira demasiado rápido...
Y si no fuera porque hay gente que se preocupa por Kaos... ¿increíble esto último, no? Un gran descubrimiento... y te lo agradezo.
... y haciendo
cosas que rompo
para arreglarlas
y volver a romperlas
paso mi tiempo
y el tiempo se acaba...
y la vida no espera ...
(Gracias al niño de las pinturas. Y y Kaos)

domingo, 12 de agosto de 2007

Promesas que no valen nada



Romper el silencio. Mirarte a los ojos. Abrir esa boca, dejar que se escapen palabras... algunas y otras. Girar a la izquierda. No mirar hacia atrás. Arrepentirme de aquellas cosas que no hice y de todo lo que no vendrá. Cerrar los ojos. Escuchar al silencio. Tirarme al mar de cabeza. Bostezar haciendo ruido. Dormir boca abajo. Pensar que siempre es viernes. Creer lo que me dices. Vaciar playas de arena fina. Encontrar agujeros bajo los árboles. Cometer los mismos errores de siempre. Beber hasta no poder recordar la última. Perderme por las calles, la ciudad está llena. Entender a los amigos. Respetar lo diferente. Dejarte un hueco en la cama, por si llegas más tarde. Aprender de lo andado. Oler el viento frente a la orilla. Alcanzar un imposible. Decirte todo lo que pienso. No tener nada que perder. Ser capaz de odiar. Sonreír por los que ya no están. Soñar sin pesadillas, aunque sólo sea una noche. Imaginar otros mundos. Bailar en horizontal. No esperar nada de ti, ni de mí. Tocar un instrumento. Conseguir llegar hasta el final. Desafinar cuando apetezca. Fumarme las noches, así, poco a poco. Encontrar una estrella en el cielo de esta ciudad. Coincidir contigo o con él. Aprender a abrazar. Escurrirme cuando me tocan. Viajar a las tierras del Sur. Engañarte si se tercia y no pedirte perdón. Escuchar a los más sabios. Pedir un deseo. Contarte un secreto. Respirar profundo, sin pausa. Reír con la boca abierta. Asustarme con la luz del día. Susurrar mentiras al oído. Dejar de ser amante. Ocupar una casa vacía. Gritar al viento en la oscuridad. Saber lo que no quiero, saber qué hay que cambiar.

Seguir todo recto.
Disfrutar del camino.